Ana Jarén (Sevilla, 1985) inició su carrera profesional en el sector de la comunicación de moda en Madrid, ciudad en la que reside actualmente. Estar rodeada de diseñadores, estilistas y revistas avivó su faceta más creativa, iniciando sus primeros trabajos como ilustradora.
Con el tiempo, la ilustración se convirtió en su modo de vida, en su principal trabajo. Ha vivido en Reino Unido y Bélgica, aprovechando todos los estímulos que estos países le ofrecían para así desarrollar su estilo propio.
En su obra, Ana observa la belleza de la vida, la gente y las escenas del día a día, parando con gusto en los pequeños detalles. Muchos de los protagonistas de sus obras figuran entre iconos de la cultura popular doméstica, en escenarios caseros, conviviendo con productos de consumo diario.
El mundo de los sentimientos y las emociones ocupa un lugar preferente en su trabajo, presentando a los personajes en contextos evocadores, interpelando a la propia experiencia del espectador.
Ana Jarén trabaja de forma principalmente manual, mezclando técnicas como los rotuladores, lápices o acrílicos, y lo disfruta tanto como cuando era una niña. Su medio de trabajo preferente es el papel, aunque se pueden encontrar sus obras también en murales y otros formatos.
Entre sus clientes se encuentran nombres como Vogue, The Washington Post, Meliá y muchos más. Ha ilustrado libros como Escritoras (Lumen, 2023) y ha colaborado con instituciones como los Ayuntamientos de Madrid, París y Sevilla.
La obra de Irene Mala se caracteriza por acercar los sentimientos más profundos del ser humano a través de su particular mirada: unas veces popular, otras aparentemente inofensiva. En su pintura encontramos un desarrollo temático que nos habla de soledad, de la adversidad que nos rodea y nos nutre, y de la inconsistencia de nuestras emociones. Frente a estos temas, expresión de la fragilidad y extravagancia humanas, Mala responde con una forma detallista, expresada por una armonía de colores lustrosos. Su pintura remite a la tradición de la ilustración con una mirada donde manifiesta la fijación por lo grotesco y ridículo del ser humano, y a la que da forma con una técnica donde emergen el afecto y la empatía. En este sentido, en la poética pictórica de Irene Mala se produce un choque entre los temas desarrollados y la técnica pictórica.
Del lado del contenido, en sus obras la artista hurga en entrañas emocionales, arrojándose a pasiones personales, la incomodidad con el mundo y la inconformidad con lo que se espera de cada uno. Del lado de la forma, su técnica es aguda, buscando la armonía en formas gráciles por las que es capaz de comunicar de manera universal esas grietas y amarguras. Del choque emerge la ternura como motor y resultado de su obra: cada pintura se manifiesta como un extraño divertimento o un exótico despropósito, mostrando esa capacidad de transmitir lo grotesco humano a partir de esa ternura técnica.
De su participación en el mundo editorial podemos destacar Chavela, la chamana (Temas de Hoy, 2022), Camarón. La alegría y la pena (Reservoir Books, 2020) y Universo Tim Burton (Lunwerg, 2020).