A menudo las personas recurrimos a la jerarquía animal para defender el romanticismo y el amor patriarcal. Sin embargo, ¿cómo somos las hembras y los machos? No está tan claro como nos han hecho pensar. Nuestra idea es romper los mitos sobre el amor animal con la ayuda de los hechos científicos y un poco de sentido del humor.
Por un lado, la exposición que traemos a Mad is Mad coincidiendo con la celebración de San Antón en el barrio de Chueca (17 de enero) refleja nuestro análisis crítico sobre el amor convencional y posesivo. Por otra parte, persigue también la reinvención del amor.
La idea surgió el invierno pasado, cuando Nina y yo vimos una película sobre la vida bajo el mar. Nos enamoramos de las sepias. Sepia-mujer es una criatura enorme, fuerte, y no le importa si el chico más guapo de la fiesta va a hablar con ella, porque ella es tres veces mayor que él. Un hombre-sepia no puede violarla, no puede hacerle daño o someterla a su voluntad. La sepia se ha convertido en nuestra reina por habernos revelado la idea de que las hembras no tienen por qué ser pequeñas y débiles, sino que muchas veces puede ser al revés.
A partir de ahí investigamos un mundo desconocido que quizá nos oculten para hacernos creer que son universales los roles que nos ha inoculado la sociedad del capitalismo y del heteropatriarcado. Las jirafas-macho mantienen más relaciones sexuales con compañeros del mismo sexo que del opuesto. Las ballenas grises forman curiosos tríos; piden ayuda a un tercero para sostenerse mientras hacen el amor. Una pareja de pingüinos-gays en el zoo de Berlín decidieron adoptar a un huérfano.
Son algunas de las historias que nos inspiraron para la creación de este proyecto artístico, cuyo apoyo técnico es la risografía, y que aborda la diversidad de formas amorosas/sexuales que pueden adoptar las relaciones entre animales. Y los humanos animales somos”.