Wouter de Vylder, belga que se siente madrileño desde hace 15 años, maestro del dibujo que puede remitirnos a los clásicos del arte flamenco, también nos invita al festín del cuerpo masculino, y a beber de su cáliz henchido. Su declaración de principios: «No sé si el arte (o lo que pretende serlo) puede salvar el mundo, pero por lo menos podría intentar hacerlo más divertido. Es sobre todo lo que busco cuando pinto o dibujo».
El joven Andrés Torres Rivas, que ya ha expuesto con nosotros en varias ocasiones, en Madrid y en distintas ferias, recrea a su manera la lujuria de un jardín de las delicias. A tinta y lápiz, y con un extraordinario dominio del trazo y las sombras, del morbo y el escorzo, de la perspectiva y el deseo, Torres Rivas consigue que nos perdamos en sus bosques y en sus provocadores ramajes masculinos.
Javier Sánchez es un joven arquitecto e ilustrador de Madrid, muy conocido en redes sociales con el nombre de jamalamaja. En esta serie de dibujos, que funcionan como retratos-mapas, actúa como un geógrafo en la descripción de un territorio a investigar, una búsqueda, un ejercicio de comprensión de personajes masculinos que se descubren como paisajes re-interpretados por el autor. Un paisaje nos habla de la esencia de un territorio así como del tiempo, que lo moldea y modifica y lo dibuja, de las cicatrices que definen su carácter. Javier traspasa esa idea al hombre, entendido como una roca, un material fuerte al que el tiempo convierte en un paisaje concreto, en quiénes somos en cada momento.