Las hélices del Obstáculo


Las hélices del Obstáculo
reúne la última producción de Alexandra Domínguez y Juan Carlos Mestre, ambos poetas y artistas visuales.

La obra de Alexandra Domínguez reconstruye eclécticamente desde las huellas de la gráfica del más reciente pasado las visiones críticas de una modernidad en permanente proceso de revisión estética; símbolos, paisajes de la gran ciudad babélica, arquitecturas imaginarias y una poeticidad cromática inherente a la mirada epifánica se nos revela en un constructivismo orgánico y naturalista, tan próximo a la abstracción como cercano a la semiótica de los signos en la nueva aldea, delicadeza y radical desafío de los lenguajes mestizos del porvenir.

Por su parte, el trabajo de Juan Carlos Mestre se instala abiertamente en la continuidad de una discusión entre la palabra escrita y las semánticas emancipadas de lo lingüístico. Mestre propone una contemplación activa de los vislumbres de la imaginación, panoramas críticos ajenos a la costumbre en los territorios visionarios de lo hechizante, la cábala y el encantamiento, una percepción de la memoria onírica y el realismo inconsciente de los mundos intuidos de lo mágico y lo fascinante; una poética que, autónoma de su obra como escritor, pareciese discurrir sobre las paradójicas huellas de un imaginario futuro como visiones anticipadoras de una distopía del asombro, figurativa en cuanto imagen reconocible de los arquetipos quiméricos del ensueño y la fábula surrealista, ese espacio pensante de la futuridad donde aún hay lugar para lo misterioso y el asombro crítico de lo taumatúrgico.

JUAN CARLOS MESTRE

(Villafranca del Bierzo, León, 1957), poeta y artista gráfico, es autor de varios libros de poesía y ensayo, como Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo (Premio Adonáis, 1985), La visita de Safo y otros poemas para despedir a Lenon, La poesía ha caído en desgracia (Premio Jaime Gil de Biedma, 1992) o La tumba de Keats (Premio Jaén de Poesía, 1999). Por su libro La casa roja obtuvo el Premio Nacional de Poesía 2009 y por La bicicleta del panadero recibió el Premio de la Crítica 2012 y el Premio Estado Crítico de ese mismo año. Su último poemario, Museo de la clase obrera, ha sido editado en 2018, seguido en 2019 de 200 gramos de patacas tristes, su primer libro escrito en lengua gallega.  

En 2017 se le concedió el Premio de las Letras de Castilla y León en reconocimiento al conjunto de su obra, así como la Medalla Europea Homero de Poesía y Arte, y el Annual Cheng Ziáng Prize of the China Writers Association. 

En el ámbito de las artes plásticas ha expuesto su obra gráfica y pictórica en galerías de España, EE UU, Europa y Latinoamérica. En 1999 obtuvo la Mención de Honor en el Premio Nacional de Grabado de la Calcografía Nacional, y semejante distinción en la VII Bienal Internacional de Grabado Caixanova 2002, Premio Internacional de Arte Gráfico Atlante 2009 y III Premio Internacional de Grabado de la Fundación Vivanco en el 2010.

Ha ilustrado libros de Enrique Gil y Carrasco, Fernando Fernán Gómez, Antonio Gamoneda, Federico García Lorca, Jorge Manrique, Carlos Oquendo de Amat o Guillaume Apollinaire. 

Ha realizado las antologías sobre la obra poética de Rafael Pérez Estrada, La palabra destino (2001), y La visión comunicable (2001), de Rosamel del Valle, además de la edición comentada de la novela de Enrique Gil y Carrasco El señor de Bembibre (2004). Además es autor de El universo está en la noche (2006), libro de versiones sobre mitos y leyendas mesoamericanas, así como de la traducción, junto a Guadalupe Grande, de La aldea de sal, del poeta brasileño Lêdo Ivo), y conjuntamente con Alexandra Domínguez, de la Obra poética 1904-1974 de Saint-John Perse, editada por Galaxia Gutenberg  en el 2021. 

De su diálogo con la obra de otros artistas y poetas han surgido, entre otros, los libros conjuntos Piedra de Alma, con José María Parreño, Crónica de amor de una muchacha albina, con Rafael Pérez Estrada, Emboscados y Cavalo Morto, con Amancio Prada, Bestiario apócrifo, con Álvaro Delgado (2000), Enea y los gatos, con Javier Fernández de Molina (2002), El Adepto, con Bruno Ceccobelli (2005), Arde la oscuridad, con Alfredo Erias (2007), Los sepulcros de Cronos, con el escultor Evaristo Bellotti  (2007), Tractatus Lamazares, sobre la obra plástica de Antón Lamazares, (2019) y, más recientemente, Extravío en la luz y Venas Comunales, con el poeta Antonio Gamoneda.

Ha editado numerosos libros de artista, como el Cuaderno de Roma (2005), versión gráfica de La tumba de Keats, resultado de su estancia como becario en la Academia de España en Roma, y realizado grabaciones discográficas junto a músicos como Amancio Prada, Luis Delgado, Hugo Westerdahl, Cuco Pérez o José Zárate.

“Los que hemos visto nacer a Mestre y decidirse por la religión de la belleza sabemos que en sus versos está el fruto integral de la poesía, y ese pan es el mismo pan cuando en vez de palabras nos entrega imágenes: grabados, esta vez, que sentimos como una incisión en la carne”.

Antonio Pereira

“Juan Carlos Mestre es poeta, un poeta que tiene gestos de grabador, dinámica de grabador, peces voladores de grabador, palomas submarinas de grabador, auroras boreales de grabador, un cocodrilo esmeralda de grabador. El sueño del grabador, y el corazón al aire”.

Rafael Pérez Estrada

‘CARTOGRAFIA DE LO DESCONOCIDO’
por ALEXANDRA DOMÍNGUEZ

“Escribió el poeta René Char que un poeta debe dejar huellas y no pruebas, porque solo las huellas nos hacen soñar. He seguido el rastro sigiloso de ese pensamiento toda mi vida, y por ese camino, más cerca del trabajo concebido como el oficio de una delicada pasión que el de una razonada declaración de principios, han salido al inspirado viaje de lo incierto mis grabados, pinturas y poemas.

La búsqueda de un rastro, el hallazgo desconocido de una estética que devenga en conducta e ilumine, aún en su leve precariedad, la conciencia. Creer en la belleza podría ser seguir apostando por los lenguajes del porvenir, adelantarse para encontrarnos en él un lugar futuro, un espacio que por misterioso también lo sea en su cualidad de inquietante y, acaso, hasta conmovedor.

Dibujo piedras, grabo su sombra. Dibujo sombras, oigo el zumbido de sus partículas elementales alrededor del cero de la nada. Nada más barroco que el aire, nada más sencillo que la cima de las emociones humanas, un mismo destino para lo efímero, un mismo hogar para las palabras dibujadas que oyen los ojos cerrados de los antepasados.

Cosas pequeñas, animales que silban en el bosque. A mis grabados ha traído prestado el poeta sus símbolos, un desconocido ha dejado en mi puerta una cuchara de azúcar, el sabio me ha rozado con la superstición, el navegante me ha convidado a su mito. No es gran herencia lo inútil cuando se convierte en lo imprescindible. Habría de llamarlo memoria, pero lo llamaré poesía en forma de rosa como el amado Pasolini.

Hago arquitecturas con los palitos que deja el temporal en las veredas del corazón. Hago líneas que no están rectas porque desobedecer debe seguir siendo una manera elegante de protegerse del autoritarismo. Hago manchas como pan amasado por las pobladoras de la Cruz del Sur. Pinto como quien se abraza a un desaparecido. Lo demás, siempre habrá tiempo de contarlo cuando el tiempo y este ruido acabe”.

ALEXANDRA DOMÍNGUEZ

(Concepción, Chile). Desde 1989 vive en Madrid, ciudad donde realiza estudios universitarios de Periodismo y Bellas Artes. Obtiene la licenciatura de Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona. Como artista visual ha realizado numerosas exposiciones de pintura y obra gráfica tanto en Europa, Estados Unidos como en Chile, donde en 1989 le conceden el Premio Nacional Salón Sur de Pintura por su obra titulada ‘El mar de la utopía’. En el año 2000 obtiene el XX Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez por su libro ‘La conquista del aire’, publicado por la Colección Juan Ramón Jiménez de Poesía.

En 2006 le otorgan el XIV Premio de Poesía Rincón de la Victoria por el libro ‘Poemas para llevar en el bolsillo’, publicado en la editorial Renacimiento. Ese mismo año realiza una exposición individual en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile. En 2008 sus dos libros de poesía fueron publicados por la editorial Cuarto Propio, de Santiago de Chile, que obtiene en 2009 una mención honrosa en el Premio Municipal de Literatura de la Municipalidad de Santiago de Chile.

Traduce junto a Juan Carlos Mestre las obras completas de Saint-John Perse, publicadas por editorial Galaxia Gutenberg en 2021.