11.12.2011

Seann Brackin

Bienvenidos a bordo. Las naves espaciales de cartón barato, falsas como la muerte, nos iluminarán el camino en nuestro viaje interestelar. Un viaje hacia la utopía que no sabemos cómo acaba, en el que la nave serpenteaba por un río lácteo hasta los confines improbables del universo. En el exterior del gran artefacto aparece un hombre desnudo, un astronauta mudo que escucha el murmullo aterrador del giro de los astros, atado a la gran máquina por un cordón umbilical en forma de cable retorcido. El astronauta indefenso en el exilio del espacio. ¿O quizás feliz por haber abandonado la Tierra, despojado de sus atributos, libre al fin?

El vuelo de las naves de Seann Brackin está teñido de fórmulas de serie B. Sus colores alegres, su vuelo excelso, son una invitación al viaje y una antídoto contra el miedo. Por mucho que nos intimiden las profundidades hostiles de las galaxias, triunfaremos en nuestro viaje.

Nacido en Estados Unidos, Sean Brackin ha protagonizado varias exposiciones individuales en Oregón, California y Madrid, y ha participado en numerosas muestras colectivas, entre ellas ésta de «Mad is Mad» que presenta sus últimos trabajos, esas naves espaciales que brindan con nosotros por el Más Allá.

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